lunes, 17 de abril de 2017

OTRO AMIGO DESDE PUERTO RICO LE PAGABA ESTUDIOS AL ASESINO DE YACTAYO

Culpable. El estudiante Wilfredo Zamora en la reconstrucción del crimen del periodista. Foto: Carlos Contreras

La vida de Wilfredo Zamora Carrión, el estudiante de ingeniería mecatrónica que acabó con la vida del periodista José Yactayo Rodríguez, está marcada por el infortunio y el escándalo y, a pesar de tenerlo todo, parece ser que lo que le falta siempre es la paz.

Su padre falleció el año pasado víctima de una cirrosis hepática y su madre pasa una situación difícil. Wilfredo, de familia trujillana, nació el 29 de marzo de 1990 y es el menor de cinco hermanos.

“Mi infancia al lado de mis padres fue buena, celebrábamos los cumpleaños. Ellos eran poco de mostrar su amor. Mi papá tiene hijos con distintas mujeres. Mi madre era la más atenta. Tengo dos hermanos que ya fallecieron, uno de ellos se suicidó por problemas con su pareja sentimental”, señaló a los peritos de psicología forense.

El estudiante reveló: “Desde hace cuatro años me fui de mi casa para vivir aquí en Lima con Aldo (Cáceda Benvenuto); sin embargo, tengo una comunicación seguida con mi familia, incluso días antes que falleciera mi papá estuve cuidándolo”.

Cuenta que ese fue el momento más trágico de su vida.

“A pesar de todo, yo lo quería. Me afectó tanto ese suceso que posteriormente tenía problemas para dormir, fue por ello que acudí al psiquiatra para que me medique y me dé un tratamiento rápido y así poder estabilizarme de una vez”, prosiguió Zamora.



Víctima de abusos
También señala que su agitada vida sentimental se inició a temprana edad y que chocó con las normas y tradiciones de su familia. Asegura que a los siete años un primo que le doblaba la edad empezó a agredirlo sexualmente.

“Yo pensé que eran juegos normales. No le dije a nadie. Ningún familiar sabe todo lo que él me hacía, incluso en la actualidad lo veo rondando por la casa de mi madre”, manifestó durante la entrevista con un psicólogo de la División de Criminalística.

Zamora está convencido de que esa fue la razón de que siguiera su camino de acompañante.

Sin embargo, cuenta: “A los 19 años tuve mi primera enamorada llamada Sandra. Duramos un año. Terminamos porque ella se fue a estudiar a la universidad”.

Apoyo de alguien más
Teniendo en cuenta que sus ingresos son de 600 a 1.200 soles mensuales, ¿cómo solventaba sus estudios en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC)?, le preguntó un detective.

“Lo solventa mi amigo Alfredo Rivera Ríos, quien vive en Puerto Rico donde tiene una compañía de cobranzas y cada mes me envía 1.200 dólares", respondió.

Zamora, según los peritos de psicología forense, es una persona que se orienta a la extroversión, se caracteriza por ser sociable y comunicativo.

Su patrón de comportamiento, según el examen de los psicólogos, es el de una persona egocéntrica que busca satisfacer sus propias necesidades. Presenta frialdad emocional con poca capacidad de empatía. Sus preocupaciones se orientan a su bienestar y disfrute personal. Es hábil, perspicaz para manipular y lograr sus objetivos personales.

Intentó borrar video
Los días posteriores a la muerte de Yactayo, el estudiante universitario se preocupó de cuidar los detalles para borrar pistas sobre este crimen.

Según confesó, el 1 de marzo manipuló la computadora del DVR (grabador de video digital) del edificio donde vivía, en Breña, con la intención de borrar los videos que pudieran comprometerlo e, incluso, dos días después cambió el tapizado de su cuarto.

También reveló que hace seis años conoció al empresario Aldo Walter Cáceda Benvenuto a través de la red social Badoo. “Desde ese tiempo nos reuníamos de vez en cuando, pero por el tiempo transcurrido surgió una sociedad empresarial dedicada a la venta de aparatos electrónicos como celulares, tablets, laptop, calculadoras”, indicó a la Policía.

De acuerdo a la manifestación que rindió en la División de Homicidios, Zamora afirmó que desde hace dos años comparte con Cáceda el departamento 801 del edificio ubicado en el jirón Pedro Ruiz Gallo 668, Breña.

Más detalles
Wilfredo Zamora confiesa que en ocasiones fuma marihuana y que la última vez que consumió este alucinógeno fue el 3 de abril pasado. “No soy adicto, solo lo hago en forma esporádica”, agregó.

Indicó que le gusta tocar guitarra, salir a caminar.

“Soy una persona que le gusta leer bastante, me gusta los libros de electrónica”, refirió a los peritos.

Según el informe pericial 207, Zamora tiene un nivel de conciencia lúcido, orientado en espacio, tiempo y persona.

Sobre su juicio social, evidencia relativa capacidad para solucionar y analizar situaciones de la vida cotidiana. Tiende a actuar por impulso, guiado por sus emociones. Así es el descuartizador confeso.
Fuente: La República

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